lunes, 2 de abril de 2012

BRYCE CANYON NATIONAL PARK


Como bien dice Mick en su entrada anterior, comienza a olerse la primavera. Este calorcillo que está llegando se va a quedar con nosotros hasta que volvamos del Coast to Coast… esto empieza a sonar muy bien.


En esta entrada y la siguiente volvemos a escribir sobre los días 9-12 del viaje, rodando por Utah, donde se nos va a acumular el trabajo entre tanto parque nacional, paraje monumental y carretera infinita a través de paisajes de película. Será por aquí donde encontraremos alguno de esos tramos que te reconcilian con la conducción. Aunque conduzcas un troncomóvil yankee hecho a base de airgamboys fundidos, estas curvas entre estas rocas te van a poner una sonrisa de oreja a oreja.

Si, vamos a pasar por aquí debajo...

... y si, los de cars vinieron por aquí a tomar ideas

Bryce Canyon se sitúa en nuestra ruta entre Arches y Zion, en el suroeste de Utah. En este caso no hay que separarse mucho de nuestra línea azul para llegar aquí. Bajando por la UT-89, se toma un desvío a la izquierda para coger la UT-12. Aparentemente todo está bien indicado para que en menos de 20 millas estemos pasando por la garita de entrada del parque, fundado en 1924. Mapa aquí.

Aunque el nombre puede llevar a engaño, lo que hay que ver en Bryce Canyon no es un cañón, sino una enorme depresión natural con forma de paellera sembrada de hoodoos. ¿Que no te haces una idea de lo que es eso? Pues te vas a la web del parque y lees: que si cueva sin techo, bosque de piedra… y como seguramente seguirás igual, tiras de google, te vas a las imágenes y sale esto:


¿Y esta movida? La erosión de rocas blandas debajo de rocas duras con diferentes colores ha dado lugar a estos hoodoos, que pueden llegar a tener alturas similares a la de un edificio de 10 plantas, y miles de formas distintas de las que vienen sus nombres (Los tres reyes magos, la princesa india, el conejo…).  Incluso hay arcos tallados en la roca, aunque no tan espectaculares como los que habremos visto el día anterior.


Para entrar nos vale el mismo pase que ya nos habremos sacado para el Arches Park, un bono anual que cuesta $80 por coche, y que funciona para el resto de parques que visitemos en el viaje. En los parques que cobran entrada por vehículo, permite pasar al dueño del pase y a los gorilas que lo acompañan en su coche. En los parques que cobran por persona, cubre al dueño del pase y a tres pasajeros más, así que en cualquier caso triunfaremos porque en este punto todavía tenemos por delante Zion, el Gran Cañon, Death Valley, Yosemite… compensa sacarlo.


Para recorrer el parque, a diferencia de Zion no nos obligan a usar el servicio de autobús (aunque sí lo recomiendan). Sea como sea, no hay que planear mucho la ruta, porque sólo hay una carretera que bordea el anfiteatro y tiene todos los viewpoints bien marcados. Entre ellos aparecen como imprescindibles:

Sunrise Point:

Sunset Point:

Inspiration Point:

Paria View:

Y Bryce Point, que destaca entre los demás. Es famoso por los espectaculares amaneceres, si llegamos a la hora adecuada, será el momento de fundir la cámara. No seas vago y pica para ver esta foto en grande.


No hay que olvidar que en este parque nos estamos moviendo a más de 2.500 metros sobre el mar, la temperatura máxima en agosto ronda los 80ºF (26ºC) y la mínima los 45ºF (7ºC). Incluso las tablas dicen que hiela unos cuantos días en este mes. Así que el que vaya de chancletas y camiseta playera, se confunde. Además es bastante probable que nos caiga un tormentaco típico de los días de verano avanzado, pasa 2 de cada 3 días en agosto… por lo menos esperamos que nos pille metidos en el coche.


Desde aquí hasta Zion nos separará poco más de hora y media,  seguramente intentaremos ver los dos parques el mismo día, aunque el madrugón para que no se nos haga de noche en el momento más inoportuno no nos lo va a perdonar nadie…

No hay comentarios:

Publicar un comentario